Es indudable que la técnica de ejecución en el piano es un factor determinante en la aparición de las lesiones en el pianista.
Pero el primer problema al que nos enfrentamos es que es difícil establecer una técnica estándar, debido a que el trabajo de un músico es diferente a
cualquier otro, tanto por la exigencia propia, como por la personalidad que
imprime en su ejecución pianística.
La demanda física del pianista es
elevada para su organismo, y con frecuencia afecta a la columna en todos sus segmentos
(cervical, dorsal y lumbar), a los hombros, y antebrazos, pero no debemos
olvidar que el elemento final de la transmisión de la música son las manos.
La elevada complejidad anatómica
de la mano en forma de un número importante de huesos y tendones, implica que
con frecuencia se produzcan sobrecarga de estas estructuras en forma de
tendinitis (u otras lesiones), producidas por la práctica prolongada de los movimientos repetidos,
combinada con una situación repetida de estrés físico y mental.
Son numerosas las tendinitis que
afectan a las manos de los pianistas: tendinitis de Quervain, tendinitis en los
extensores de algún dedo, y tendinitis
en los flexores.
Un caso no infrecuente es la
aparición de gangliones en los flexores de los dedos, sobre la vaina tendinosa.
En principio el tratamiento suele
ser conservador, pero en el caso del pianista si provoca molestias debe extirparse porque da lugar a problemas
en la ejecución pianística.
Esa alteración de la técnica pianística para compensar esas molestias desemboca en la aparición de dolores en el resto de la extremidad, lo que afecta aún más la ejecución pianística.
Por ello en estos casos la cirugía es la solución. Son raras las complicaciones y se trata de una técnica sencilla con una corta recuperación.Esa alteración de la técnica pianística para compensar esas molestias desemboca en la aparición de dolores en el resto de la extremidad, lo que afecta aún más la ejecución pianística.